Lo alemanes, a su vez, cedían ante el equipo de Bob Paisley que abanderaba Kevin Keegan, de inmediato camino de Hamburgo. Los de Lobanovsky se midieron al otro equipo de moda en Europa, el ‘Gladbach, y salían derrotados. Larque ha dejado el equipo, seducido por el dinero parisino del PSG primero y del Racing Club después, los primeros intentos artificiales de crear una jerarquía centralizada.